La Estrategia Andaluza de Bioeconomía Circular, aprobada por acuerdo del Consejo de Gobierno el 18 de septiembre de 2018, se centra en los ámbitos de actividades de la bioeconomía que se encuentran menos desarrollados en la comunidad y que, por tanto, necesitan un mayor apoyo institucional a través de la implementación de actuaciones específicas que faciliten su despegue y consolidación a medio-largo plazo.

Los sectores de relevancia para la bioeconomía incluyen la agricultura, silvicultura, pesca, alimentación y producción de papel, así como parte de las industrias de química, biotecnología y energética.

El horizonte temporal de la estrategia es 2030 y para ello cuenta con recursos por valor de unos 1.400 millones de euros dirigidos a actuaciones concretas que han sido elaboradas con la colaboración de más de 50 expertos externos pertenecientes a los sectores de interés.

El objetivo principal de la Estrategia Andaluza de la Bioeconomía Circular es contribuir al crecimiento y desarrollo sostenibles de Andalucía impulsando actuaciones dirigidas al fomento de la producción de recursos y de procesos biológicos renovables, especificándose en este documento además tres objetivos estratégicos:

  1. Incrementar la disponibilidad de biomasa sostenible para su aprovechamiento mediante tratamientos innovadores.
  2. Aumentar el número de bioindustrias y biorrefinerías en Andalucía.
  3. Incrementar los mercados y el consumo de bioproductos y bioenergía en Andalucía.

En este documento se establecen cuatro líneas estratégicas que engloban medidas y acciones para la consecución de estos objetivos:

  1. Generación sostenible de disponibilidad de recursos biomásicos.
  2. Infraestructuras y gestión logística.
  3. Procesos industriales de transformación de recursos biomásicos y capacidad de producción industrial de bioproductos y bioenergía.
  4. Desarrollo de mercados para bioproductos y bioenergía.

La Estrategia Andaluza de la Bioeconomía Circular incluye también cuatro programas instrumentales de carácter trasversal:

  A. Comunicación y sensibilización de la sociedad respecto a la bioeconomía.

  B. Promoción de la I+D+i+F para el desarrollo y la expansión de la bioeconomía en Andalucía.

  C. Acceso a la financiación para facilitar el desarrollo de la bioeconomía

  D. Fomento de la cooperación, coordinación y seguimiento de la bioeconomía

La bioeconomía en el marco europeo y nacional

La Comisión Europea adoptó en 2012 la Estrategia de Bioeconomía de Europa que aborda la producción de los recursos biológicos renovables y su conversión en bioproductos y bioenergía. En 2018 llevó a cabo una revisión de la Estrategia de Bioeconomía con el objetivo de acelerar el despliegue de una bioeconomía sostenible para maximizar su contribución a la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como el acuerdo de París.

Para impulsar este esfuerzo colectivo, la Comisión lanzó 14 medidas concretas sobre la base de tres objetivos clave:

  1. Ampliación y fortalecimiento de los sectores de base biológica
  2. Despliegue rápido de la bioeconomía en toda Europa
  3. Protección del ecosistema y entendimiento de las limitaciones ecológicas de la bioeconomía

La bioeconomía abarca todos los sectores y sistemas que dependen de los recursos biológicos. Es uno de los sectores más grandes e importantes de la UE que abarca la agricultura, la silvicultura, la pesca, los alimentos, la bioenergía y los productos de origen biológico, con una facturación anual de alrededor de 2 billones de euros y alrededor de 18 millones de personas empleadas.

En el ámbito nacional, la Estrategia Española de Bioeconomía Horizonte 2030, aprobada en 2016, se fundamenta en el triángulo ciencia-economía-sociedad. Es el sector público el responsable de impulsar, dinamizar y coordinar la estrategia, los sectores productivos y tecnológicos bioeconómicos y el sistema de I+D+i+F.

La bioeconomía en los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030

La sostenibilidad se define como la capacidad de satisfacer las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para atender sus propias necesidades, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, la protección del medio ambiente y la inclusión social. 

El desarrollo sostenible es por tanto el modo de progreso que mantiene este delicado equilibrio actual sin hacerlo peligrar en el futuro.
La bioeconomía es una forma nueva de consumir que responde a los retos medioambientales y sociales al mismo tiempo que genera oportunidades para el desarrollo económico y el empleo.

La economía circular es un concepto económico que se incluye en el marco del desarrollo sostenible y cuyo objetivo es la producción de bienes y servicios a la vez que reduce el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía. La economía circular cambia los sistemas de producción y consumo actuales hacia sistemas regenerativos a partir de su diseño, manteniendo el valor de los recursos (materiales, agua, suelo y energía), de los productos y limitando los insumos de materias primas y energía. De esta manera no solo se evita, en la mayor medida de lo posible, la generación de residuos y el aumento de los impactos negativos derivados, sino que también se logra mitigar dichos impactos adversos para el medioambiente, el clima y la salud humana.

La integración de la bioeconomía y la economía circular resulta estratégica para catalizar la transformación del modelo económico y cambiar los hábitos de consumo actuales. El movimiento hacia una bioeconomía circular en la que los recursos biológicos se mantengan el mayor tiempo posible en la cadena productiva con el fin de lograr que no existan recursos sin aprovechamiento, aumentará el uso eficiente y sostenible de los recursos biomásicos (renovables) sustituyendo a los recursos basados en combustibles fósiles de manera que se logren productos más sostenibles y se minimicen las salidas (subproductos y/o residuos) de la cadena, es decir, de manera circular.

Por otra parte, la generación de biomasa a través de la agricultura, ganadería, pesca, sector forestal, etc., depende directamente de los recursos naturales (agua, suelo, …) y también del entorno, por lo que el agotamiento de estos recursos más allá de los límites sostenibles socavaría el futuro de los sectores generadores influyendo directamente sobre los beneficios y funciones que estos realizan para la sociedad. 

Lograr un modelo económico circular en el que se aproveche todo el valor de los recursos biomásicos (obtenidos de forma sostenible) es el camino hacia el crecimiento económico, la creación de empleo y la sostenibilidad medioambiental.

La Estrategia Andaluza de Bioeconomía Circular define la bioeconomía como el modelo económico basado en la producción y uso de recursos biomásicos renovables y su transformación sostenible y eficiente en bioproductos, bioenergía y servicios para la sociedad. El contenido implícito de esta definición, dada en el ámbito de la Estrategia Andaluza de Bioeconomía Circular, está de acuerdo con lo citado anteriormente.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas son fruto del acuerdo alcanzado en 2015 por los Estados Miembros de las Naciones Unidas y se componen de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y 169 metas consagrados en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas que cubren las diferentes facetas de los desafíos sociales, económicos y medioambientales a los que se enfrenta el mundo.

Aunque ninguno de los ODS se centra específicamente en la bioeconomía, dada su transversalidad, existen interconexiones de esta prácticamente con los 17 ODS, convirtiéndose en un pilar fundamental en la consecución de los mismos.

Gráfico 'La bioeconomía en los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030'.